Hace unos días volví a ver al mismo hombre entre el medio del rayado,
sus botas desgastadas descubrían su decadencia hacia el mismo, su mirada
baja al verme y su mano tendida en mi dirección. El cemento se ha
desgastado, las sillas se las han llevado, ha caído la luna, hombre de
las tres calles, es hora de caminar, el café resultó ser un lujo para el
hombre, me pidió las gracias, aunque entre sus dientes habían llagas Ver más...